Bogotá, 31 de agosto de 2023. Jaime Orjuela, director de Regulación del Grupo Energía Bogotá (GEB), y Daniel Romero, director Ejecutivo de la Cámara de Grandes Consumidores de Energía y Gas de la Andi, conversaron este miércoles en el Valora Live ‘Eficiencia energética: pequeños cambios, grandes impactos’, sobre la inminente llegada del fenómeno hidrológico de El Niño a Colombia y los efectos que podría tener sobre la generación de energía eléctrica.
“El fenómeno de El Niño es relevante para Colombia porque somos un país en el que, en promedio, el 70% de la producción de energía depende de las hidroeléctricas, que tienen un embalse cuya agua se utiliza para la producción. Lo crítico es que, al depender tanto de la hidroelectricidad, cuando deja de llover no se tiene agua acumulada y se vuelve estrecha la demanda de energía eléctrica”, comentó Orjuela, quien explicó que, a pesar de la alerta en la que se mantiene hoy el país, “hay tranquilidad en temas de oferta de energía”.
“Esta es una buena noticia que podemos dar desde el sector energético. El Niño es recurrente y afecta el Pacífico y el clima casi que, en todo el planeta, pero en lo que compete al sector energía, tenemos un sector calificado, bien monitoreado, controlado y preparado. Los embalses no nos toman con niveles tan bajos y el grueso de la demanda del país está cubierto. Tenemos un respaldo de energía a través de contratos por confiabilidad, por lo que podemos decir que hay un respaldo institucional, físico, material y financiero que nos puede dar tranquilidad frente a lo que sería este fenómeno”, aseguró el Director de Regulación del GEB.
Durante la conversación con Rodrigo Torres, director del portal especializado en economía Valora Analitik, Daniel Romero, por su parte, explicó que la información oficial de la que dispone la Andi da cuenta de un fenómeno que, a partir de octubre próximo, tendría una intensidad o magnitud menor a la que se preveía meses atrás. En ese sentido, “el impacto, con un 80% de probabilidad, va a ser moderado y su duración sería de seis meses. En el caso del 20% de probabilidad de que sea fuerte, el periodo de duración sería de un año. Aun así y considerando que el fenómeno sea fuerte, lo pasaríamos sin racionamiento”, aseguró.
Medidas efectivas
Orjuela explicó que, tras el mismo fenómeno de los años 2015 y 2016, el GEB adoptó medidas de eficiencia energética en sus sedes, en relación con la automatización de los ascensores para darles un uso racional, pasando del individual al colectivo, y en materia de instalación de sensores reguladores de iluminación.
“Estas medidas, aunque parecen pequeñas, impactan de forma notoria en el consumo diario y ese impacto agregado se masifica en las cifras de la energía que se desperdicia hoy en el país. Tenemos que del ciento por ciento de energía que entra al sistema, lo que realmente se convierte en energía útil es el 35% y más o menos el 65% se queda en ineficiencia, es decir, en pérdidas. Avanzar con pequeñas acciones es un indicativo de mejora”, puntualizó el directivo del GEB.
Finalmente, los panelistas coincidieron en la necesidad de que los usuarios, individuales o industriales, grandes o pequeños, entiendan lo que se les factura en términos energéticos, lo cual generalmente está asociado con enfocarnos en el consumo y los elementos que pesan en el mismo, para evidenciar resultados efectivos y eficientes en el uso de la energía.
Algunas pequeñas acciones tienen que ver con el cambio en los hábitos de consumo y la renovación tecnológica; es decir, cambiar la forma como consumimos la energía y, de paso, los aparatos o los electrodomésticos ineficientes por alternativas más efectivas y de menor consumo.