Trabajo conjunto entre Gobierno, empresas y comunidades impulsa la transición energética en Colombia

 

 

  • El país no puede seguir avanzando con la lógica del pasado. La transición energética exige un nuevo ritmo, decisiones firmes y hechos concretos. Fue otra de las conclusiones del panel ‘Sin transmisión no hay transición’, en el Congreso Andesco 2025.

     

Cartagena, 27 de junio de 2025. La transición energética justa avanza en Colombia gracias al trabajo articulado entre Gobierno, empresas y comunidades. Aunque persisten desafíos, las barreras históricas se están resolviendo con diálogo, confianza y compromiso territorial.


Así lo destacó Juan Ricardo Ortega, presidente del Grupo Energía Bogotá (GEB), durante el panel ‘Sin transmisión no hay transición’, realizado en el marco del Congreso Andesco 2025, en Cartagena.
 
Ortega compartió este espacio de reflexión con Francesco Bertoli, gerente general de Enel Colombia, donde coincidieron en que sin redes de transmisión no es posible hablar de una transición energética real. Llevar energía limpia desde regiones como La Guajira hasta los grandes centros urbanos requiere más que voluntad: necesita infraestructura, confianza y diálogo constante.

 


 
"Ha habido retos, pero se están superando. El mensaje es claro: si nos unimos todos y el Gobierno apoya, podemos resolver las barreras que aún existen y convertir las oportunidades en realidades concretas", afirmó el presidente del GEB, al destacar avances de proyectos como Colectora (La Guajira), fundamental para conectar los parques eólicos del norte de Colombia con el Sistema Interconectado Nacional.


Desmontar mitos, construir confianza

Uno de los obstáculos que enfrenta el desarrollo de infraestructura eléctrica son los mitos y desinformaciones en torno a su impacto ambiental o en la salud. El presidente del GEB fue enfático en desmentir esas creencias infundadas y llamó a la ciudadanía a informarse con evidencia científica.
 
"Las torres de transmisión no causan cáncer ni contaminan el agua, no hay evidencia científica que respalde esos miedos. Si se talan árboles, se compensan. Si se construye bien, el entorno se puede recuperar. Lo que no podemos hacer es frenar el desarrollo con información falsa", argumentó Ortega, quien además destacó el compromiso de las comunidades en el desarrollo de los proyectos.


 
Estabilidad del sector y necesidad de agilidad regulatoria

Sobre el rol de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), Ortega descartó que exista una inestabilidad institucional, pero sí advirtió sobre la necesidad de mayor celeridad para resolver cuellos de botella técnicos en un momento crucial para el país.


"Yo no hablaría de inestabilidad de la CREG. Lo que se necesita es completar el equipo de comisionados y contar con gente con conocimiento técnico profundo. Los problemas del sector son complejos y exigentes; esto no lo resuelve cualquiera", indicó.


Bogotá y su reto energético: garantizar el futuro

Uno de los temas más sensibles es el abastecimiento de energía para Bogotá y la sabana en general. El crecimiento urbano, los nuevos proyectos de vivienda y obras clave como el metro requieren un sistema de transmisión robusto que aún está en proceso de expansión.
 
"Si logramos mantener el diálogo, podemos encontrar soluciones. Pero no hay tiempo para nada más. No le podemos fallar a Colombia. Este es un negocio de 30, 50 años. Hay que resolver los problemas y avanzar", sostuvo Juan Ricardo Ortega.


Una oportunidad estratégica para el país

El presidente del GEB recordó que el sector eléctrico colombiano no solo es sólido, sino que puede convertirse en una de las principales plataformas de inversión, desarrollo tecnológico y crecimiento regional del país en la próxima década. "Colombia tiene en el sector eléctrico uno de los pilares de su desarrollo. Empresas como Isagen, EPM, ISA, Enel y GEB son el patrimonio del país. Tenemos una gran oportunidad de inversión, crecimiento y proyección internacional. Es hora de aprovecharla", dijo.


 
Por su parte, Francesco Bertoli, gerente general de Enel Colombia, planteó que uno de los principales desafíos de la transición energética no es solo tecnológico ni financiero, sino cultural e institucional. En su visión, se requiere dejar atrás inercias del pasado y entender que el ritmo con el que operó el sistema energético en las últimas décadas ya no responde a la urgencia del presente.
 
"Cambiar cuesta. Es incómodo. Pero cuando un sistema enfrenta un desafío existencial como el que implica la transición energética, no puede seguir gestionándose con la lógica ni los ritmos del pasado. Lo que funcionó en los últimos 30 años no sirve para los próximos 10. Necesitamos una transformación profunda y sostenida, también en la forma de decidir, autorizar y ejecutar", afirmó Bertoli.
 

 

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