Buenos vientos en Colectora

El Gobierno nacional, a través de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME), le está apostando a la generación de nuevas energías renovables, para asegurar la calidad y confiabilidad del suministro de energía eléctrica a todos los colombianos, quienes cada vez demandan más este servicio.

La matriz energética de Colombia da cuenta de que la mayor fuente de generación son las hidroeléctricas con el 73 por ciento, seguido por las térmicas con el 18,9% y las solares con el 0,16% según el informe anual entregado por XM, operadora del Sistema Interconectado Nacional (SIN).

Pero, como lo advierte en sus más recientes esta misma firma, el nivel de los embalses continúa descendiendo: para 2018 la caída ha sido de 3,2 por ciento.

Esta situación, sumada a la necesidad de producir energías más amigables con el entorno, entre otras, llevó a que el Gobierno nacional haya planeado permitir e incentivar el ingreso de nuevas fuentes de generación de energía al SIN, para fortalecerlo.

Este es el caso del proyecto Colectora, que transmitirá la energía que producirán los siete parques eólicos que se construyen en La Guajira y la incorporará al SIN con una capacidad de 1.050 megavatios; con esta energía se podría atender cerca del 10 por ciento de la demanda nacional para 2022.

Colectora fue adjudicado al Grupo Energía Bogotá en febrero de 2018. Transportará la energía a 500 kilovoltios (kV) por más de 475 kilómetros de una línea que atraviesa 14 municipios de La Guajira y el Cesar. También contempla la construcción de la subestación Colectora, en Uribia (La Guajira).

Los habitantes de La Guajira se beneficiarán de este proyecto con acciones de valor compartido, para ayudarlos a forjar su desarrollo.

“Es un proyecto muy importante para el Sistema de Transmisión Nacional, pues además de mejorar la confiabilidad del servicio de energía eléctrica, permitirá, por primera vez, el ingreso de energías limpias al sistema¨ aseguró Diego García, gerente del proyecto Colectora.

Actualmente, informó García, el proyecto está en etapa de licenciamiento ambiental, que se debe cumplir con la elaboración del Estudio de Impacto Ambiental, por lo que se requiere información relevante de identificación de impactos y medidas de manejo en desarrollo de las consultas previas.

García agregó que ya se realizaron pretalleres de identificación de impacto con 194 comunidades wayuu. Estas comunidades ahora se encuentran en etapa de identificación de impactos, que están pendientes de desarrollar junto con el Ministerio del Interior.

“Es, además, una oportunidad para la comunidad de la zona de influencia, ya que apoyamos el progreso de nuestros territorios a través de las acciones de valor compartido”, manifestó el Gerente.

De acuerdo con las proyecciones, el proyecto deberá entrar en operación en noviembre de 2022.