La subestación Renacer empodera a las putumayenses

Jueves, 12 de Noviembre de 2020

La subestación Renacer empodera a las putumayenses

En este proyecto, que entrará en operación en diciembre próximo en Mocoa (Putumayo), están vinculadas 23 mujeres, quienes con su compromiso, tenacidad, eficiencia y eficacia han sido clave para el avance de las obras de construcción.

La esperanza de un mejor servicio público de energía eléctrica para Mocoa y el resto de Putumayo se construye en los límites de las veredas Guaduales y San Antonio.

Allí, por estos días el Grupo Energía Bogotá (GEB) da los últimos toques a la subestación Renacer a 230 kilovoltios (kV), un complejo de ingeniería de última generación que restablecerá el normal funcionamiento de la conexión del Putumayo al Sistema Interconectado Nacional, mejorando la calidad, continuidad y seguridad del servicio a los habitantes de esta zona del sur del país.

Dentro de los 207 trabajadores que en este momento realizan la puesta a punto del proyecto hay 23 mujeres, quienes a la par de sus compañeros, con conocimiento, compromiso, esmero y dedicación, están ayudando a cumplir el objetivo: que la subestación Renacer sea energizada en diciembre próximo.

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Ellas se desempeñan en las áreas Ambiental, Social, Seguridad y Salud en el Trabajo, Técnica y mano de obra no calificada con el apoyo en el control vial.

“El proyecto va muy bien y casi está listo para entrar a operar. Ha sido una experiencia muy importante estar vinculada a él, pues como putumayense es satisfactorio tener la certeza que les vamos a entregar al municipio y al departamento una obra de gran calidad, que nos mejorará la calidad de vida a todos con un servicio de energía eléctrica seguro y eficiente. Es en realidad un renacer”, afirma Jennifer Alexandra Mojhana Solarte, gestora social de la firma Ingeniería de Proyectos Eléctricos de Colombia (Inprelco), una de las contratistas que ejecuta los trabajos.

Y quien mejor para hacer la afirmación anterior que esta trabajadora social mocoana de 27 años. Ella y su esposo se salvaron de la avenida fluviotorrencial que, el 31 de marzo de 2017, arrasó con buena parte de la capital del Putumayo.

Esa noche, alrededor de las 11:40 p.m., un vecino tocó desesperado la puerta de su casa, en el barrio El Progreso, para advertirles que los ríos Sangoyaco y Mulato estaban aumentando su causal y que había peligroso. No se equivocó: 15 minutos después de que la pareja salió del hogar con lo que tenían puesto, un remolino de piedra, agua, palos y restos se llevó, con furia bíblica, su vivienda y todas las del barrio, además de afectar la infraestructura de la ciudad, entre ella la subestación eléctrica Junín.

Días después se establecería que los muertos fueron, oficialmente, cerca de 350, ocho de ellos del sector donde vivía Jennifer.

Para los mocoanos, apunta Mojhana avivando sus ojos de fuego, la subestación que construye el GEB es una obra clave en la reconstrucción de la ciudad, en su renacer. “Todo ha sido en pro del bienestar de la ciudad y de la comunidad, e incluso de las personas que nos hemos vinculado al proyecto. En mi caso, me ha enriquecido en conocimientos profesionales y en experiencia. Me siento orgullosa de estar acá”, dice.

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En esto coincide Daniela Tatiana Rojas Obando, de 24 años, una ingeniera ambiental nacida en la vereda Guaduales que se vinculó al proyecto el pasado 9 de diciembre a través de Inprelco.

Esta obra, afirma, ha generado dinámicas de trabajo y de adquisición de bienes y servicios importantes después de la tragedia que han servido para reactivar al Putumayo. “Nos ha dado la oportunidad de vinculación a las mujeres de la región, de conocer y aprender de un sector, y hemos demostrado que hacemos nuestras tareas de la mejor manera, al 200 por ciento y con dedicación plena, pues queremos a nuestra ciudad y así le damos la mejor energía”, afirma Daniela, quien a raíz de esta experiencia laboral decidió especializarse en seguridad y salud en el trabajo.

Por su parte, Sandra Patricia Guerrero Obando, gestora social del GEB en la Regional Sur –nacida en Sibundoy (Putumayo) hace 38 años–, no tiene duda de que las mujeres han jugado un papel importante en el proyecto, pues cada una, desde su área de trabajo, ha demostrado el compromiso y empoderamiento con el proyecto.

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Las habilidades, destrezas y convicción con el que las mujeres asumieron este reto han permitido avanzar con firmeza en la ejecución de las obras, manifiesta. “El proyecto Renacer –  Mocoa ha vinculado un importante porcentaje de mujeres, quienes con trabajo continuo, eficiente y eficaz ha posicionado a este género como una parte esencial de él y seguramente, con la experiencia que todas han ganado, se les abrirán muchas más puertas por su alto desempeño”, sostiene Sandra, quien también presta sus servicios profesionales en la construcción.

En este sentido, acota, el desarrollo del proyecto deja un importante capital humano en el territorio. Gracias a la participación dada a la población de Mocoa en las diferentes actividades, varios se encuentran preparados para prestar sus servicios en las diferentes obras del departamento.

“La experiencia que desde el GEB se ha impartido frente al trabajo arduo y riguroso, basado en un modelo de desarrollo sostenible, permitirá que este capital humano asuma nuevos retos para beneficio de esta zona del sur del país y por supuesto para ellos mismos”, concluye Aldemar Garay Garay, gerente del proyecto Mocoa – Renacer.