El Grupo Energía Bogotá y el vallenato tradicional

Jueves, 16 de Septiembre de 2021

De acuerdo con la Constitución de 1991, “…el bienestar general y el mejoramiento de la calidad de vida de la población son finalidades sociales del Estado”. Sin embargo, lo cierto es que la tarea no solo le corresponde al Estado. La solidaridad de las empresas en busca de este alto propósito resulta necesaria, y una obligación ética.

Es por lo anterior que la Estrategia de Sostenibilidad del Grupo Energía Bogotá (GEB) busca, además de beneficios económicos de alcance nacional y de beneficios ambientales globales, que las personas y comunidades que habitan las áreas de influencia de nuestros proyectos y operaciones perciban que contribuimos a su bienestar. Esa estrategia refleja nuestra convicción de que el crecimiento del Grupo será dinámico en la medida en que efectivamente contribuyamos al bienestar social en los ámbitos locales.

Ahora bien, el concepto del bienestar no solo alude a lo relacionado con los ingresos monetarios, el acceso a servicios (salud, educación, comunicaciones, etc.) y a la satisfacción de las necesidades materiales (vivienda, alimentación, vestuario etc.). Alude también, de manera central, a todas aquellos asuntos y valores inmateriales que contribuyen a la felicidad de las personas: cultura, recreación, relaciones personales, entorno natural etc.

Nuestra presencia en los departamentos de La Guajira y el Cesar nos ha permitido el privilegio de acercarnos a las diversas culturas de la Provincia Vallenata. Ese acercamiento nos ha permitido también dimensionar y valorar la importancia del Vallenato Tradicional como un componente relevante para el bienestar social: patrimonio cultural, fuente de alegría, medio para la conservación y la evolución de la cultura, y para la creación de vínculos de afecto.

Es por lo anterior que el GEB ha querido reconocer, mostrar y difundir la vida de los juglares de la Provincia que, al ritmo de la caja, la guacharaca, las maracas, las gaitas, los tambores, el acordeón y el carrizo, le han cantado al amor y a la amistad en parrandas interminables a la sombra de los almendros. Ese el caso de canciones como La Cañaguatera del Maestro Tijito Carrillo, La Negra del Maestro Beto Murgas, los merengues del Maestro Rafael Alejandrino, y los sones acordeoneros del Rey Vallenato Chema Ramos. También queremos reconocer los aportes del Maestro Andrés “El Turco” Gil, embajador del vallenato, que llevó sus acordes a la Casa Blanca y jugó un papel clave en la formación de nuevas generaciones de acordeoneros y reyes vallenatos. Y no podía faltar el reconocimiento al aporte del Maestro Ovidio Granados (‘el Viejo Villo’), artesano que modificó los acordeones alemanes para adaptarlos a los tonos de la música vallenata.

Pero el vallenato no ha sido sólo un asunto de hombres. En buena hora, en el año 1971 la Maestra Stella Durán Escalona fue la primera que se subió a la tarima ‘Francisco el Hombre’ a participar en el concurso de canción inédita del Festival de la Leyenda Vallenata con dos canciones de corte social: Las bananeras y Lamento arhuaco, y terminaría llevándose el premio no solo por la métrica y la calidad de los versos, sino por su magistral interpretación.

El Grupo Energía Bogotá, mediante el reconocimiento y valoración del vallenato tradicional, reafirma su voluntad de hacer parte de las comunidades que han hecho de esta hermosa música un medio fundamental para la generación de bienestar y de convivencia.

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Eduardo Uribe
Director de Sostenibilidad
Grupo Energía Bogotá