Jaime Bornacelly, 43 años conviviendo con la infraestructura de transmisión eléctrica

Jaime Bornacelly

43 años conviviendo con la infraestructura de transmisión eléctrica

La carcajada firme, gruesa, de Jaime Alberto Bornacelly Gómez retumba cuando le preguntan si es cierto que trabajar o vivir cerca de la energía eléctrica causa problemas de fertilidad en el ser humano.De inmediato este antioqueño de 63 años saca de su billetera una foto que, tajantemente, deja sin piso esa pregunta.“Yo tengo un equipo de microfútbol”, afirma y vuelve a sonreír mostrando, orgulloso, unas fotos con sus seis hijas y tres nietos. “Eso es mentira, nada más traído de los cabellos. Son cosas que la gente se va inventando uno no sabe por qué, pero eso nada tiene que ver: para la muestra estos botones”, asegura este antioqueño que lleva 35 años operando subestaciones de energía eléctrica.

Es decir, Bornacelly, quien actualmente es uno de los operadores de la subestación Alférez a 230 kilovoltios –en Cali–, de Transmisión del Grupo Energía Bogotá (GEB), lleva más de la mitad de su vida en estas instalaciones. Sin embargo, desde los 18 años anda en el mundo de la energía eléctrica.

Su abuelo y su padre, en su natal y sofocante Puerto Berrío (Antioquia), eran electricistas y él, muy joven, alrededor de los 20 años, se fue a Barrancabermeja a trabajar en el sector como empleado de la Electrificadora de Santander S.A. (ESSA). De ahí no ha parado. Su trabajo el sector lo ha llevado por medio país e incluso a Arabia Saudita.“No he tenido un solo problema de salud por causa de la energía eléctrica en más de tres décadas de trabajar con ella, especialmente dentro de las subestaciones. Tampoco he visto lo que algunos dicen, quién sabe con qué interés, sobre que los cultivos se queman cerca a estas construcciones o que los animales nacen deformes o la leche sale de colores. Le repito, esos son mentiras”, afirma Bornacelly.Antes que enfermarlo o causarle otro tipo de problema, Bornacelly sigue con las mismas ganas de laborar en el sector que con las que empezó.“Yo trabajo turnos de 14 por 14 y cuando salgo, voy a mi casa con mi familia. Aunque ya estoy a punto de pensionarme, quiero continuar trabajando porque considero que lo que hacemos es importante para que los colombianos cuenten con un buen servicio de energía. Por mí sigo: energía es lo que tengo de sobra junto con mi equipo de microfútbol”, puntualiza.